Con sus dolmenes, su menhir, sus setas y sus robles el bosque de cornudella atraviesa los solsticios, hilvana siglos. Unos pocos humanos nos hemos pasead por su presente antes de que pasemos al recuerdo.
Mª José Chesa nos ha guiado en esta ocasión, por el mundo de lo diminuto. Los liquenes cuentan también sus historias a la lupa del paseante curioso.